Y es que el paquete de condones no está gritando "¡Eh, tú! ¡Que sepas que yo practico sexo seguro!", sino "Voy a follar... O por lo menos, tengo esperanzas en ello". Y no sólo eso, sino que según el tipo de condones que sean, también vociferan otros mensajes que son mucho más íntimos y confidenciales. Mensajes como "La tengo enorme, aunque tú creerás que me estoy tirando el pegote", "Voy a intentar que mi novia me haga un francés" o "No sé si yo soy eyaculador precoz o si mi novia es frígida"
La dificultad de encontrar preservativos pequeños
Existen una gran variedad de preservativos en el mercado, con lo cual es fácil imaginar la cantidad de mensajes distintos que estos lanzan a farmacéuticas, cajeras y cualquiera que se encuentre cerca. Sin embargo, hay un mensaje en particular que las marcas de preservativos ni siquiera se atreven a darte la opción de mostrar. El de "No estoy bien dotado". Y es que es realmente difícil encontrar condones pequeños.
Primero, porque las tallas de los condones no están estandarizadas; segundo, porque las marcas que comercializan preservativos no son nada transparentes con el tamaño de los mismos; y tercero, porque los tamaños se suelen expresar en jerga, así que al no conocer su equivalencia, no sabemos a qué corresponde realmente un condón XS, uno normal, o uno XXL. Con todo, es prácticamente imposible estar seguros de qué modelo de preservativo es el que realmente necesitamos hasta que no lo probamos.
Seguramente, la razón por la que la mayoría de las marcas de preservativos no ofrecen tamaños inferiores al "normal", o ofrecen una variedad mínima de los mismos, sea que temen que no se vendan precisamente por esa vergüenza a tener que exhibir nuestros secretos más íntimos y menos revelados ante la cajera del supermercado.
Uno pensaría que actualmente los problemas de los menos dotados desaparecerían por el hecho de poder comprar condones más pequeños por internet y de forma anónima; pero el caso es que la oferta de preservativos pequeños en la red tampoco es muy amplia en comparación con la oferta que hay de preservativos de otros tipos y, además, hay que tener en cuenta otro factor: la mayoría de las veces la compra de condones no se hace "al por mayor" y de forma planificada -pesar de que un condón tiene una vida útil de 3 a 5 años-, sino de forma impulsiva: en el último momento.
Las consecuencias de no usar los preservativos adecuados.
Las consecuencias de esta poca comercialización de condones en tallas pequeñas y de la obscura información que ofrecen las marcas de los fabricantes respecto a las tallas y medidas de sus productos puede verse reflejada en estudios como el realizado por la revista médica Sexually Transmitted Infections; según el cual el 45% de los hombres encuestados había experimentado el uso de un condón mal ajustado en los últimos 3 meses.
Un preservativo más grande de lo necesario puede provocar la rotura y el deslizamiento del preservativo con facilidad y además dificultar llegar al orgasmo, tanto para el que lo lleva como para su acompañante, así como otros percances sexuales. Por estas razones, no es sorprendente que los hombres que usan condones mal ajustados sean más propensos a quitárselos antes de eyacular.
En resumen: ponerse un preservativo de tamaño inadecuado puede suponer un fracaso absoluto, tanto en lo que respecta a la experiencia sexual como a la consecución de las razones principales del uso del mismo (prevención del embarazo y ETS).
¿Cuál es la solución?
Lo cierto es que sí hay algunos condones más estrechos pensados para solucionar esta carencia, como los Durex Close Fit XS, los Pasante Trim XS o los EXS Snugfit XS y los My.Size, disponibles en 7 tallas distintas según el diámetro de tu miembro.
Existen también preservativos a medida, unos preservativos en spray que requieren un tiempo de espera para que el látex vaporizado se seque y que no han triunfado precisamente por culpa de ese tiempo que no todos sus impacientes usuarios pueden esperar; o bien los condones a medida de TheyFit o los de Coripa, que ofrecen 95 y 55 tamaños distintos respectivamente que aseguran estar hechos a medida. Eso sí, para saber cuál es el tamaño a medida, debes medir tu aparato con un curioso kit de medición en el que avisan que hay que ir con cuidado con los posibles cortes que puede ocasionar el filo del papel.
Si las mujeres pueden definir la talla de su sujetador por letras y números, donde el número es el contorno y la letra la copa, ¿por qué no pueden disponer los hombres de un tallaje igualmente definido y estandarizado?