El masaje es algo sencillo, cualquier persona puede darlo, sólo hay que tener en cuenta que uno de sus fines es estimular los cuerpos y para ello podemos recurrir, entre otras, a las partes del cuerpo clásicas como manos, brazos, piernas, boca... o más atrevidas como las zonas erógenas del cuerpo, en las que podemos darle un toque más picante y llevarlo a otro nivel con el empleo de juguetes sexuales, por ejemplo, pero siempre con el mismo objetivo, realizar caricias y roces que realcen y estimulen la excitación sexual en la pareja.
Disfruta el masaje y no lo tomes como un preliminar, sino como un juego.
Prepara todo lo que necesitas: La mejor manera de comenzar el masaje es con una buena cantidad de aceite de aromaterapia. Frota las palmas de tus manos con un poco de aceite para que adquiera temperatura así la sensación cuando toques la piel de tu pareja, sea más placentera.
Las cosas importantes: No tengas prisa, la excitación y las sensaciones no es una ciencia exacta, necesitarás tiempo y sobretodo ganas de pasarlo bien.
- Es importante que empieces graduando las sensaciones, de menos a más.
- Empieza con suaves caricias en las piernas y los glúteos, presionando y rozando su piel, su cuerpo por las zonas menos erógenas.
- Poco a poco, sube la intensidad y acerca el masaje a zonas más atrevidas y placenteras. Tras las piernas... una buena opción es seguir por el dorso e ir jugando con sus zonas erógenas, como los pezones.
- Mientras haces el masaje besa sus labios y su cuello, es algo muy sensual, alternalo con caricias y besos para realzar las sensaciones y conseguir potenciar el placer en tu pareja.