Las mujeres suelen necesitar más tiempo para llegar al clímax y muchas veces el simple hecho del coito es insuficiente, por lo que los juegos, roces, caricias y achuchones se convierten en algo primordial para preparar el terreno de juego.
Desnudar a tu pareja, tocar sus genitales y besos y morreos con una pasión desenfrenada suelen ser los preliminares habituales, en el mejor de los casos. Muchas veces, no son suficientes para que la chica llegue a estar al mismo punto de excitación que él, y así poder disfrutar plenamente del encuentro sexual.
Una buena preparación...
Si quieres pasar una noche desenfrenada, nuestra recomendación es que lo prepares todo con tiempo: un buen entorno: sábanas limpias, pétalos, alguna vela para crear ambiente, música suave y un buen complemento, asegúrate de tener a mano un gel masajeador o un gel estimulante. Crea un buen clima que facilite que la relación fluya. Puedes empezar mandándole un par de whatsapp sexys o con alguna foto que insinúe, pero no muestre.
Juega con los sentidos...
Si buscas derretir a tu pareja en la cama, no le des sólo unos cuantos besos y caricias, has de intentar llegar mucho más lejos y estimular todos sus sentidos y puntos erógenos. Se creativo y explora todo su cuerpo.
Jugando con el cuerpo...
El cuerpo no son sólo los órganos sexuales, recuerda que cada parte de nuestro cuerpo tiene terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas. Saca el masajista tocón que llevas dentro y dale un masaje con un poco de presión, aceites y algún aroma, para relajaros y dejaros llevar.
Jugando con la mente...
A veces las palabras y la imaginación pueden ser muy excitantes, deberíais probarlo. Imaginar nuevas situaciones y palabras sucias y/o obscenas, puede ayudar a crear un clima de complicidad y distensión que potencie la relación.
Sin prisa pero sin pausa...
Debemos ir subiendo gradualmente la intensidad, hay que mantener un ritmo lento pero constante y tener presente que los preliminares es una etapa del camino para llegar a la meta, hay que hacer de cada momento algo único y disfrutarlo como si fuese el último, sin obsesionarse con la penetración.
El ritmo debe ser lento al inicio y poco a poco ir subiendo la intensidad, dejando que los cuerpos marquen el ritmo y vayan aumentando poco a poco la pasión, por ejemplo realizando un striptease a dos.
Innovación...
Parece fácil... pero hay que probar cosas nuevas para no caer en la rutina, si no lo has probado no sabes si no te va a gustar.
Excitar a tu pareja mediante nuevas experiencias es un recurso fácil, sencillo y retador, puedes empezar introduciendo algún juguete a tus relaciones y acabar manteniendo relaciones en sitios públicos, vuestra tolerancia es el límite.
Un clásico que nunca falla... sexo oral!
Como último recurso, siempre vas a tener a mano el sexo oral, aunque conviene no abusar. Prueba a desabrocharle los pantalones y a quitarle la ropa interior con la boca... a ver que surge. Deja a un lado los prejuicios y disfruta al máximo y el sexo oral siempre es un buen comienzo.