Ni le tendremos que pasar la factura de la mutua a la señorita por los picores que nos dejó en herencia mientras amamantaba al bebé.
Es decir, el condón es un gran ahuyentador de problemas. Pero es un cortarrollos. No lo puede evitar. Es como probar lo del chiste de la postura del rodeo* en pleno acto sexual. Sí, porque antes de la susodicha penetración suele haber juego previo. Como por ejemplo el juego del sandwich y la salchicha. Que si sí, que si no, que si sí, que si roce por aquí, roce por allá, con cuidado de que no se le salga la mostaza. Pero cuando más animada está la cosa y va a empezar a ser que sí... ¡Ojo! ¡El condón! Sí, yo también he oído ese sonido de disco de vinilo rayado a todo volumen.
Ahora encuéntralo, ¿dónde lo habías metido? ¿Por qué no lo habías dejado antes en la mesilla de noche? ¡Está ahí! ¡En la caja! ¡Debajo tuyo! Ay, espera. Me resbalan las manos. Ay, ábrelo tú que yo no puedo. Eh, eh, la salchicha, cuidado con ella que se pone triste. Va, venga, rápido. Uy cuidao, ¿está al revés? ¡Yo qué sé! ¡Sopla! O sea todo mal.
Aquí te quedan dos opciones, ponértelo tú o que te lo ponga ella. Tú, como profesional del fornicio, estás harto de ponértelos; pero no es lo mismo. Es como las pajas y los zumos de naranja: te lo puedes hacer tú, pero no sabe igual. Si no se te ha bajado debido a la búsqueda, la cosa es fácil de poner; por algo los llaman Easy On. Aprieta un poco, ¿no? ¿No? Ah, entonces será cosa mía. (Fin publirreportaje) Si se te ha bajado el tema no lo intentes poner en blando, a ver si luego cuando vuelva a animarse el tema va a ser como Hulk y va a romperse todo excepto la capsulita, que es como el calzoncillo del condón.
Procura no ponerlo al revés, la capsulita, ya sabes. Que eso no es un gorrito para hacer gracia, tiene su función. Tu “amor” ha de quedar bien ahí, que no termine escurriéndose por todos lados. Y si no atinas o te pone más, que te lo ponga ella. Pero cuando lo baje hacia abajo no te quedes en plan: “sigue, sigue”. No te olvides: estás ahí para fornicar. Ella también quiere. Esto es mucho más acusado cuando ella es una experta en el arte de poner el condón y lo hace con la boca. La que sepa puede ir mandando su currículum a... Ah, perdón, perdón. Sigo.
El súmum total es cuando te lo ponen entre dos chicas, pero claro igual la falta de costumbre en ese tipo de situaciones termina con mostaza por los suelos antes de tiempo y la falta de necesidad de ponerlo. Aparte de quedar mal, muchacho. Así que recomendamos ir de una en una y sin estrés. Bastante cuesta convencer a una, como para ir buscándolas de dos en dos. Ya lo decía el anuncio: póntelo, pónselo; pero tenlo preparado a tiempo, leches.
* Postura del rodeo
Consiste en pedirle a tu novia que se ponga a cuatro patas. Seguidamente la penetras, era obvio pero por si acaso hay despistados. Cuando la cosa se empiece animar y vayan varias embestidas la has de coger del pelo, acercar tu boca suavemente a su oreja y decirle: “Esta es la postura favorita de tu mejor amiga” ¡Y aguanta ahí! ¡Aguanta!