Shunga
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Crema pensada para aumentar la sensibilidad del punto G y descubrir nuevas sensaciones de placer intenso
La crema estimulante Lluvia de Amor de la marca Shunga, número uno en cosmética erótica, está diseñada para incrementar la sensibilidad del Punto G y descubrir el placer más intenso que nunca antes hayas experimentado.
Sensaciones sin igual que nos acerquen al placer supremo. Se presenta en una caja de lujo que incluye un pequeño manual ilustrado con consejos para encontrar el punto G y para sentir el máximo placer. Aunque no tengas experiencia, el paraíso está al alcance de tus dedos.
Es totalmente compatible con el látex y está fabricada con ingredientes de grado alimenticio y farmacéutico.
¿Te atreves a probar esta nueva experiencia de placer?
Aplícate un poco de crema en los dedos índice y corazón e introdúcelos en la parte interior de la vagina, por la zona del punto G y masajea para que se absorba adecuadamente. Esta crema ayuda a engrosar el área del punto G, dejándola más sensible y accesible. Es ideal para acentuar la intensidad de los orgasmos e incluso explorar el punto G. Contiene L-arginina ácidos específicos que descomprimen las paredes suaves de la vagina, aumentando la circulación sanguínea en la región sensible a fin de realzar el deseo y excitación sexual.
Permite su uso tanto en pareja como a solas.
La crema Lluvia de Amor se complementa perfectamente con el uso de un juguete estimulador de punto G.
Además, incluye un seguido de ilustraciones que te ayudaran a conocer cómo estimular de forma correcta el punto G para un máximo placer.
Shunga es la marca líder mundial en cosmetica erótica. Sus ingredientes naturales fusionado con principios activos logran un gran resultado. Además, destacan por el diseño tan característico de todos sus productos.
Entrar en el mundo erótico de Shunga es viajar al pasado. Traducido literalmente, Shunga significa ‘imagen de primavera’, una manera delicada de decir ‘relaciones sexuales’ entre personas. Esta palabra se usaba para designar las pinturas eróticas japonesas del siglo XVI, XVII y XVIII, un tipo llamado ukiyo-e, que no eran otra cosa que obras sobre madera o pergamino con escenas sensuales y episodios de amor carnal, siempre elaborados con mucho cuidado y buen gusto.
El arte Shunga, aunque oculto durante siglos, marcó el principio de la industria pornográfica para la clase media nipona y sirvió durante generaciones como enseñanza para los hijos y las hijas de muchas familias.