Si querías evitar tener hijos, más te valía tener un autocontrol digno de Sting y sacar el cimbel del hueco justo antes de la sacudida letal. Si querías evitar enfermedades de transmisión sexual, solo te quedaba la opción del celibato y el cinco contra uno.
Hasta entonces el esparto y las tripas de animales eran los materiales con los que se fabricaban los preservativos. Entre eso y la escasa depilación de aquellos años, el sexo debía de ser algo terrible. Los curas renegaban de ello con razón. Seguramente habría quien, intentando innovar, usara los calcetines como anticonceptivo. Pero no triunfó. Primero por poco eficaz y segundo por pringoso.
Hoy en día, sin embargo, la cosa ha cambiado mucho. Los condones de látex proliferaron en los 80 como método ideal para prevenir las ETS. De esta manera se favorece el sexo libre, puesto que no necesitas un carnet de donante para tener sexo con una persona desconocida. Por otra parte se fastidia a los obispos que creen que todo acto sexual debe ir encaminado a la procreación. Lo dicen ellos que de sexo saben mucho. Ya se les ve.
Hasta tal punto ha llegado la proliferación y normalización del condón que el otro día entré en una condonería y por un momento pensé que estaba en una tienda de chuches. Estaban todos los sabores: fresa, manzana, pera, limón, frambuesa... Les falta el sabor a polla, para aquellas que quieran sexo oral seguro; pero con el sabor de siempre. Es una idea que dejo ahí. Los hay hasta con sensación frío o calor. Un consejo os dejo: experimentos con gaseosa. Frío AHÍ en pleno acto es MAL. Que se encoge todo y luego baila.
Por supuesto, ante un negocio tan suculento hay muchas marcas que se dedican a venderlos. Pero como en este tema lo que prima es la confianza, al final la gente tira por las marcas conocidas. Y no me extraña, porque Durex o Control tienen nombres decentes. Pero si te vas al mundo exterior y conoces los condones Family... Pues con ese nombre como para fiarse. Esos preservativos los venden en una caja con una foto que parece sacada de un folleto mormón. Una familia feliz: Padre, madre e HIJOS. ¿Qué mente perturbada decidió que una buena imagen para unos anticonceptivos era mostrar en la caja unos alegres chiquillos? ¿Les suena la palabra confianza?
Misterios que quedarán ahí para siempre. A pesar de todo y de nombres comerciales poco afortunados, los condones son el método anticonceptivo más fiable que hay. Aunque haya quien dice que se rompen, eso es una leyenda urbana. Hay que ser torpe para cargarse uno. O fornicar con vaginas dentadas. Así que, queridos lectores, usad condón. Y usadlo acompañados, a poder ser.
Fuente: morri